¿Por qué nos perjudica la luz, algo tan esencial para nuestra vida? Dado que la luz regula los ritmos circadianos -los procesos físicos, mentales y de comportamiento que determinan nuestro ciclo de 24 horas- y nos indica cuándo debemos dormir y cuándo estar alerta, es natural que la exposición a un tipo de luz inadecuado en el momento equivocado afecte profundamente a nuestra biología.
A nuestra dependencia de la luz contribuye el tiempo que pasamos frente a las pantallas, que aumentó un 60% entre los estadounidenses durante la pandemia. Según un estudio de la UCLA, esto tuvo “impactos profundamente negativos”, como la interrupción del sueño, que, a su vez, altera el reloj corporal. Nuestra cultura de estar siempre conectados se extiende a nuestras ciudades contaminadas por la luz, algunas de las cuales están respondiendo rodeándose de oscuridad. Pittsburgh, por ejemplo, está atenuando las luces de las calles y utilizando bombillas LED para reducir el impacto de la contaminación lumínica. Por otro lado, los resultados de un estudio realizado en París -ciudad que ha basado toda su identidad en la iluminación- sugieren que el 95% de los residentes preferiría tener menos luces.
Los diseñadores de espacios, en cambio, no están eliminando la luz de sus cajas de herramientas de diseño. En su lugar, están recurriendo a soluciones como la iluminación centrada en el ser humano (HCL), que se ajusta al movimiento, la intensidad y el color de la luz solar, mejorando así nuestros ritmos circadianos.
Pero, ¿cómo puede el HCL sustituir a la iluminación convencional y dónde podemos encontrarlo? Cualquier espacio que tenga una ausencia prolongada de iluminación solar: donde una persona pasa la mayor parte del tiempo”, creen Catalina Maldonado y Demian Ezequiel Epsztein, de la marca de iluminación LED Actilum. A partir de ahí, investigamos tres sectores que esperan una revolución en la iluminación: el espacio sanitario, el lugar de trabajo y el hogar.
Palabras de Eva Gardiner – Traducción por DeepL